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Recomendaciones para gestionar Psicol贸gicamente la situaci贸n de cuarentena*

Ante la situación generada por la pandemia del coronavirus CoVid-19 y los efectos de la declaración del Estado de Alarma, desde HPN queremos compartir contigo una serie de recomendaciones sobre la gestión psicológica de esta circunstancia.



Ante la situación generada por la pandemia del coronavirus CoVid-19 y los efectos de la declaración del Estado de Alarma, desde HPN queremos compartir contigo una serie de recomendaciones sobre la gestión psicológica de esta circunstancia para, por un lado, evitar que la dificultad de gestionar las emociones, sobre todo el miedo, genere situaciones incontrolables que hagan más difícil la ya bastante compleja situación sanitaria y, por el otro, hacer más tolerable la situación de reclusión obligatoria durante la cuarentena.

RECUERDA ESTAS PALABRAS:

CALMA / CONTROL / INFORMACIÓN CONTRASTADA / ACOMPAÑÉMONOS / AYUDÉMONOS / COMPARTAMOS/ CUÍDATE / PROTÉGETE

1. GESTIONA TUS EMOCIONES:

El miedo es una de las emociones básicas de nuestro psiquismo y una reacción normal y saludable ante situaciones desconocidas, amenazantes y potencialmente peligrosas como la que estamos viviendo. Nos ayuda a mantenernos alerta y tomar las medidas necesarias para minimizar riesgos, ya sea a través de la evitación del peligro o de mecanismos de control y afrontamiento. Pero, el miedo también se puede convertir en algo que nos bloquea y nos impide gestionar las amenazas con eficacia, nos puede conducir a la desesperanza y el pánico que paraliza.

Te propongo que recuerdes el miedo ante lo desconocido que puedes haber sentido en la época en que recibiste el diagnóstico. En aquellos momentos la rareza del nombre que te dijeron, la maligna potencialidad que de suyo tiene la enfermedad, la impotencia ante lo que fue una especie de “veredicto”, los múltiples cambios vitales que tuviste que implementar, todo ello te generó, probablemente, mucho miedo.

El miedo nace de una valoración que hacemos: para afrontar esta amenaza, no cuento con recursos suficientes. Vale la pena preguntarse, entonces, ¿qué has hecho para adquirir fortaleza y seguridad, (cosa que es imposible lograr al cien por cien) ante la amenaza de la HPN?

El miedo se controla mucho mejor a través de nuestros comportamientos saludables y dejando de lado los razonamientos negativos y las preocupaciones innecesarias.

Te propongo, entonces que, ahora ante la amenaza del coronavirus, te conviertas en experto/a en afrontar amenazas ante una enfermedad desconocida. ¡Porque tú lo eres! ¡Tú, ya sabes de qué va!

Sin duda, que estás por la misma enfermedad, en uno de los grupos de riesgo. Pero estamos hablando de la gestión de las emociones y de una en particular tal nociva como es el miedo a lo desconocido, de la algo frente a lo cual no tenemos recursos para afrontar. En esto, tú ya tienes experiencia.

Pero además, las situaciones de estar en confinamiento forzoso, de alterar las rutinas y ver limitadas las posibilidades de movimiento y de acción fuera de casa, nos pueden producir sensaciones que van de la soledad a la incertidumbre, pasando por la ira, la tristeza, el aburrimiento, la angustia o el estrés, entre otros.

Reconocer lo que sentimos es comenzar a evitar que estas emociones se conviertan en un problema viral, emocionalmente, añadido. Normalizar esta situación como algo lógico y sano que suceda, es aceptar que nuestro mundo emocional está reaccionando para adaptarse. Junto con ello, además, debemos aceptar que cada cual reacciona y expresa sus emociones como puede y sabe. Esto nace de la evidencia de que cada cual es como es, ¿no? Pues, ¡aceptémoslo!

Mantener y cuidar un clima emocional adecuado, es vital para conseguir que las personas que tengan que guardar cuarentena lo vivan con calma, inteligencia y buena disposición; ello generará el máximo de bienestar para ellas, los tuyos y el conjunto de la población. Reconoce tus sentimientos y acéptalos. Si te hace falta, compártelos con las personas más próximas, escribe un diario…

Recuerda, pues, todos los malos momentos que ya has vivido, has afrontado y superado. Esta situación es novedosa, diferente y universal. Pero tu fortaleza, se nutre de tu espíritu de lucha por haber superado muchos baches en tu vida a raíz de la HPN.

Asume los cuidados y prevenciones que se están recomendando y evita que te cojan ideas catastrofistas.

2. INFÓRMATE BIEN

Dispondrás de mucho más tiempo para informarte acerca de cómo evoluciona la situación, tanto a tu alrededor como por otras partes. Consulta únicamente canales de información oficiales o contrastados, para no caer en un torbellino de falsas noticias.

Evita la sobreinformación. Conectarte permanentemente o escuchar informativos 24 horas no te hará estar mejor informado y, por el contrario, aumentará innecesariamente tu angustia.

3. INFORMA BIEN LOS OTROS

Evita esparcir rumores e informaciones falsas. Antes de volver a compartir una noticia, es muy importante contrastar su fuente. Comparte solo las informaciones relevantes y procura no hacerlo “en caliente”, desde el miedo o la angustia.

Evita hacer comentarios catastrofistas. No agregan nada y quitan vitalidad emocional. Evita hablar permanentemente del tema o compartir angustias con personas afectadas. Describe la situación que vives con naturalidad, evitando calificativos catastrofistas.

Cuando tengas que trasmitir una noticia, antes, pregúntate si esa información añade algún valor a la persona que la recibirá. Y, si no le agrega nada positivo o no le sirve para nada, para qué trasmitir negatividades.

4. EN CASO DE CONTAGIO

Si es que has dado positivo o si estás a la espera de resultados, no sirve de nada culpabilizarte. Este es un problema colectivo, a cualquiera le puede haber pasado.

Solo toma la precaución de explicar, de forma clara y cuanto antes mejor, tu situación a las personas de tu alrededor, como familia, amistades y personas con las que hayas estado en contacto en los últimos días. Así evitarás contagios innecesarios y juntos podréis empezar a tomar las medidas de prevención para los próximos días.

Procura mantener una actitud reconfortante con los que te rodean. No sirven los reproches o las recriminaciones sobre lo que ya pasó. Estos sentimientos son destructivos y alejan a las personas entre sí. Esto que vivimos tiene un carácter tan global que es imposible sustraerse a los efectos de la pandemia. El virus no discrimina por raza, clase, postura política… Solo que ante la pandemia debemos asumir, todos y todas, actitudes cuidado y acciones positivas.

5. SI TIENES NIÑOS/AS

Las rutinas han saltado por los aires, con el confinamiento. Tenerles en casa es todo un desafío a tu paciencia y a tu capacidad de entretenerles.

Mantenlos informados. No menoscabes su capacidad de entenderte; proporcionales explicaciones adaptadas a su nivel de comprensión. Puedes servirte de mucho material adecuado para hablar con ellos/as y facilitarte las explicaciones con un lenguaje apoyado con imágenes que puede ser de mucha utilidad. Te adjuntamos un documento que en lenguaje de pictogramas, puede ser de apoyo como para comunicar con los más pequeños).

No los mientas, y evita tanto el alarmismo como ignorarlos con el silencio. Únicamente regula la información, no les des más de la necesaria. Estate atento/a a sus dudas y preocupaciones; responde a sus preguntas a medida que vayan apareciendo, siguiendo su ritmo. Demuéstrales que pueden expresarse y confiarnos sus dudas.

Reduce su miedo explicándoles que las personas que lo rodean saben bien cómo cuidaros y protegeros, y que tanto vosotros como las autoridades tenéis un plan claro sobre qué hacer si alguien se contagia.

Recuerda que con ellos/as transmitimos más información a través de nuestros comportamientos y actitudes que a través de las palabras. Mantén la calma. Trata de establecer unas rutinas nuevas y que contemplen sus intereses, busca que sean acordadas con ellos/as.

Si ella/él ha dado positivo en la detección del virus, explícale detenidamente las nuevas normas y restricciones, y los motivos por los que hace falta que las respete.

6. ORGANÍZATE

No estamos acostumbrados a esta situación. Normalizarla, comprendiendo que todos podemos estar tensos y nerviosos, es una manera de evitar situaciones de conflicto.

Llega a acuerdos explícitos con las personas con quienes convives sobre cómo será, durante la cuarentena, vuestra logística doméstica: compras, limpieza, cuidados de los/as hijos/as... No des nada por supuesto. Habla. Busca acuerdos.

Estar en cuarentena puede ser una gran ocasión para compartir cuidados y tareas domésticas. Compartirlas es fundamental para evitar que la fatiga recaiga sobre una sola persona.

Convivir con los demás no es estar “pegoteados” todo el día; respetemos espacios y tiempos diferenciados. Todos necesitamos nuestro espacio y un cierto tiempo disponible para nosotros.

7. MANTENTE CONECTADO/A

No poder ver directamente a las personas significativas para cada cual, no significa perder el contacto con ellas! Llámales, envíales mensajes, hacéis videoconferencias... Os sentiréis menos aislados y más cerca.

Sigue las recomendaciones y medidas de prevención que determinen las autoridades sanitarias. Confía en la ciencia y en la experiencia de nuestro sistema de salud.

Sin caer en dogmatismos, y evitando “dar cátedra”, tu experiencia en afrontar una situación inesperada, sería como lo es la HPN, y que te pone es estado de alerta, puede serle de mucha ayuda a los demás. Hazlo desde la humildad de exponer tu experiencia de vida, sin dar consejos. Digamos que se puede comenzar con un: “A mi me ha hecho mucho bien pensar que …etc.

8. DISTRÁETE

Aceptemos que hay una parte de la situación que no está en nuestras manos y que no la podemos controlar ni prever.

Intenta hacer algún tipo de ejercicio físico, no hace falta convertiré en un atleta en cuarentena; puedes hacerlo individualmente o en familia. Sírvete de algún tutorial. Es cierto aquello de “Mens sana, in corpore sano”!

Entérate de la gran oferta de ocio online gratuito de la que hoy podemos disponer por la red y los medios.

Usemos el sentido del humor. El humor es una emoción que nos ayudará a reducir la angustia y a mantener el miedo (y otras emociones “negativas”) a raya.

 

RECUERDA:

SOLO SE TRATA DE UNA SITUACIÓN TEMPORAL. UNA VEZ PASADA HABREMOS APRENDIDO MUCHAS COSAS TANTO DE LOS OTROS COMO DE NOSOTROS MISMOS.

EDUARDO BRIGNANI                                                                                                                       
Psicólogo, Psicoterapeuta, especializado en Discapacidad, Familia y Enfermedades Poco Frecuentes. Psicólogo de la Asociación Cornelia España, de la Asociación Catalana del Síndrome de Rett, de la Asociación MPS-Lisosomales España. Asesor de la Federación Española Síndrome X Frágil. Coordinador del Grupo de Trabajo del COPC "Psicología+Discapacidad". Formador de DINCAT-Plena Inclusió

 

*Adaptado de documentos del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya (COPC) www.copc.cat

 

 

 

 


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